culebra de collar

Al igual que sucede con sus congéneres, el cuerpo de esta especie presenta una tonalidad que varía entre el marrón y el verde oliva, existiendo incluso algunos ejemplares grisáceos. No resulta sencillo distinguirla de N. helvetica con la que comparte numerosas características morfológicas.

Su principal característica es su distintivo collar situado en la zona del cuello. El cual posee numerosas manchas de un color variable, pudiendo ir desde el blanco al dorado, bordeadas siempre de una banda negra que realza aún más los colores. Este collar se observa de forma más nítida en los ejemplares jóvenes, desvaneciéndose de gradualmente con la edad. A diferencia de N. helvetica, las manchas del collar son siempre de un color uniforme, presentando esta última dos tonalidades distintas.

Sus escamas tienen forma de quilla y presentan un relieve en su zona central. Las presentes en la cabeza son más anchas y en ocasiones, de forma rectangular. Pueden observarse siete escamas labiales superiores.

Además de la similitud ya remarcada con sus congéneres, los ejemplares más jóvenes de N. natrix pueden confundirse también con la conocida como culebra de Esculapio (Zamenis longissimus) y con la culebra verdiamarilla (Hierophis viridiflavus). En todas ellas el motivo que se observa en el cuello es similar, sin embargo estas dos últimas especies no poseen escamas dorsales con forma de quilla.

La culebra de collar es una de las culebras acuáticas más conocidas de Europa. Frecuenta las aguas estancadas o de corriente lenta en las que da caza a sus presas favoritas: los anfibios.

Esta excelente nadadora comparte, en ocasiones, su entorno con otros reptiles de agua dulce como N. Tessellata. Sin que haya sido documentado un comportamiento agresivo en estos casos. Si bien acepta cohabitar con sus congéneres, se trata de un animal de carácter solitario, excepto en época de reproducción.

Puede ser observada al sol, en las riberas de los ríos o en los bordes de los bosques, con el objetivo de calentarse, lo que facilita su digestión. En estos casos, si se siente amenazada no dudará en sumergirse o en buscar refugio entre la vegetación. Tratándose de un animal reservado y discreto, parte de su biología permanece aún bajo investigación.

Machos y hembras se alimentan de las mismas presas, aunque en diferente proporción. Las hembras son más propensas a atacar sapos de gran tamaño, e incluso a pequeños mamíferos. Los machos por su parte suelen concentrarse en ranas y renacuajos.

En las zonas montañosas, la culebra suele también cazar tritones y salamandras. Utilizando en el agua sus excelentes sentidos olfativos, siendo además capaz de sentir las ondas que emiten en la superficie del agua al croar los anfibios.

Los machos son relativamente sedentarios. Se desplazan principalmente durante la época de apareamiento, entre mayo y junio. Las hembras se desplazan antes y después de la puesta de huevos, en búsqueda de un lugar propicio para el parto.

Al igual que el resto de sus congéneres, esta culebra es capaz de desplegar un amplio arsenal de trucos y engaños con el fin de escapar de sus depredadores. En el caso de que la huida no sea factible, esta especie puede mostrar ciertas exhibiciones de intimidación imitando a la víbora o a la cobra, aplanando su cabeza. Esto resulta particularmente efectivo frente a las aves migratorias, ya que estas desconfían de las serpientes venenosas. Además son capaces de silbar ruidosamente o enroscarse alrededor de su agresor, expulsando un líquido blanquecino repulsivo gracias a sus glándulas cloacales.

Por último, pero no menos importante, es capaz de hacerse pasar por muerta o enferma. En estas situaciones, la culebra se pone boca arriba, abre la boca, saca la lengua y deja escapar sangre por la nariz y la boca. También regurgita su líquido maloliente para indicarle al animal que no es comestible, momento que utilizará para huir sigilosamente.

Tan pronto como comienza la estación fría, esta especie buscará refugio para hibernar. Durante este período se esconde en agujeros, montones de hojas, tocones de árboles o incluso en montones de heno. Incluso en raras ocasiones puede buscar refugio en sótanos o bodegas.

Al igual que sucede con otras Natrix, los machos y las hembras de esta especie se reproducen en grupos. Los machos de mayor tamaño poseen más probabilidades de fecundar a las hembras durante estas largas actividades coitales.

Unas semanas después de la cópula, la hembra pondrá alrededor de treinta huevos en un refugio húmedo y caliente, como por ejemplo madrigueras de roedores o viejos lechos de arroyos secos. Al nacer, las crías serán independientes, debiendo aprender a cazar por su cuenta para sobrevivir. De unos veinte centímetros de longitud, suelen ser presa de limícolas y ciertos mamíferos en sus primeras semanas de vida.