gran barracuda

La barracuda posee unos dientes poderosos que pueden llegar a causar heridas profundas. Se trata de un animal inofensivo la mayor parte del tiempo aunque se han documentado algunos casos de agresión a humanos.

Territorial y no muy tímida, la barracuda también tiene fama de curiosa. Aunque ataca muy raramente, a veces puede llegar a morder. La acción es rápida, brutal y puede causar importantes lesiones localizadas. Las mordeduras se han relacionado principalmente con la presencia de objetos plateados que reflejan el sol, lo que la barracuda podría confundir con peces o heridas de peces.

Se han registrado casos de ataques en zonas donde los humanos intentan alimentarlas, como ocurrió en Guadalupe en 2016.

Los otros casos de ataque más conocidos están relacionados con cazadores submarinos. Puede darse el caso en el que una barracuda se acerque y muerda tratando, por ejemplo, de agarrar un pez sujeto al cinturón del buzo. De manera más general, sujetar peces muertos o heridos a una parte de su cuerpo es siempre peligroso ya que puede atraer a posibles depredadores.

La gran barracuda puede ser avistada con mayor frecuencia en aguas poco profundas o cercanas a la superficie. Sin embargo, es posible llegar a observarla hasta a 100 metros de profundidad.

De adulto frecuenta un gran número de biotopos. Suele permanecer al acecho, en zonas rocosas o cerca de arrecifes de coral. También está presente en arenales, cerca de rías o en zonas portuarias.