tararira

Los ejemplares de mayor tamaño pueden llegar a medir hasta 65 cm. Esta especie es globalmente bicolor, con un cuerpo en tonos beige, que se encuentra atravesado en los flancos por una banda horizontal de color marrón, donde se observan una serie de protuberancias en forma de manchas.

El cuerpo es alargado y de forma cilíndrica, con una cabeza también alargada y plana, provista de una mandíbula inferior ligeramente prominente. La boca es de gran tamaño con unos dientes de distintos tamaños, entre los que destacan los caninos.

La cabeza de este pez se caracteriza por tener un patrón oscuro específico que recuerda a los rayos del sol. Los ojos son pequeños.

Dependiendo de la edad del ejemplar y de su ubicación geográfica, sus patrones y coloración pueden variar.

Esta especie acecha a sus presas y está considerada como uno de los depredadores de su biotopo. Como buen oportunista, la mayor parte del tiempo se encuentra camuflado en su entorno a la espera de una posible presa. Este pez presenta unos hábitos principalmente nocturnos, aunque ocasionalmente puede ser observado durante el día.

Esta especie tiene la capacidad de poder respirar en la superficie y a través de sus mucosas, además de la respiración tradicional a través de las branquias. Al igual que sucede con sus congéneres, este pez es capaz de adaptarse a una gran variedad de biotopos.

Esta especie construye nidos, generalmente en zonas inundadas. Los machos se encargan de vigilar y cuidar los nidos incluso después de que tiene lugar la eclosión de los huevos. La reproducción puede ocurrir durante todo el año, con picos durante las temporadas de lluvia, aunque también puede tener lugar durante los períodos de sequía, en incluso a temperaturas más bajas en algunas regiones.