Gymnothorax fimbriatus

Las Gymnothorax son comúnmente conocidas como morenas. Con 127 especies descritas en 2021, es el género más diversificado dentro de la familia Muraenidae. Se describen especialmente las representantes más grandes de la familia, que pueden alcanzar los tres metros de longitud. La biología y morfología de muchas morenas aún están poco documentadas debido al gran número de especies y sus hábitos secretos. Parte de las especies fueron anteriormente clasificadas en los géneros Lycodontis y Muraena.

Las morenas de este género están presentes en todos los mares tropicales y subtropicales del mundo, donde generalmente residen en áreas de arrecifes y fondos rocosos. Algunas especies se adaptan a las aguas salobres (manglares...) e incluso pueden remontar algunos ríos. Aunque generalmente se encuentran ocultas en las grietas, algunas Gymnothorax habitan en los fondos fangosos en algunas regiones particulares.

Al igual que el resto de morenas, estos peces se caracterizan por poseer un cuerpo fuertemente comprimido y alargado. Algunas especies presentan patrones de color brillantes, aunque la mayoría son más bien de colores apagados. La mayoría de las Gymnothorax tienen un cuerpo cubierto de puntos oscuros en la zona de los costados. En comparación con la mayoría de las especies de peces, la boca es grande. La mandíbula está equipada con numerosos dientes y colmillos afilados. Algunas especies, quizás incluso podría decirse que todas, poseen una doble dentición.

Además de estas características, las Gymnothorax se caracterizan por la falta de escamas, aletas pectorales y aletas pélvicas. También tienen la particularidad de tener las aletas dorsal, caudal y anal fusionadas.

Todas las especies son nocturnas y carnívoras. Durante el día, generalmente se esconden en las rocas, dejando asomar tan solo la cabeza. Son territoriales y no comparten su área de vida con otros congéneres. Sorprendidas, pueden llegar a morder a cualquier intruso que las moleste. En sesiones de buceo o incluso durante el baño, es importante ser cauteloso y nunca introducir la mano profundamente en los agujeros de las rocas. Los ejemplares grandes pueden causar lesiones profundas e incluso cortar un dedo, por ejemplo.

Aparte de estos casos particulares, que corresponden a una postura defensiva, las morenas son perfectamente inofensivas y tienden a huir en presencia de los humanos. Algunos individuos pueden mostrarse curiosos y aventurarse en algunos contactos pacíficos con buceadores. Al igual que con los pulpos, se producen interacciones amistosas entre buceadores y morenas cuando estas últimas están acostumbradas a los humanos.

Aunque poco estudiadas, las poblaciones de morenas parecen ser abundantes en la mayoría de las regiones. Rara vez son consumidas por los humanos, ya que los especímenes más grandes son propensos a la ciguatera, una toxina que causa intoxicación alimentaria y puede ser mortal.